miércoles, 10 de agosto de 2011

El método de los nazis


Cuando se recopila información sobre los diferentes métodos que existen para el blanqueo del dinero obtenido ilegalmente, ya sea éste producto de actividades tales como el narcotráfico, delicuencia común o fraude fiscal,  resulta sorprendente la variedad de las estructuras utilizadas  y su capacidad para aprovechar en su favor cualquier resquicio o debilidad que presente el sistema de control establecido por las autoridades.

Quizás uno de los métodos más sencillos para efectuar pagos con dinero “negro” a un beneficiario, de tal forma que lo reciba “blanco”, es el conocido en el argot como “el método de los nazis”, ya que fueron éstos quienes lo pusieron por primera vez en funcionamiento para pagar a sus agentes, informantes y otros colaboradores.

El objetivo es pagar una cierta cantidad de dinero a una determinada persona, de tal forma que ella pueda demostrar fácilmente que lo ha recibido por una actividad legal y, por consiguiente, tener la posibilidad de ingresarlo en una cuenta bancaria o adquirir productos abiertamente.

Los nazis empezaron a utilizar el esquema, antes del comienzo de la II guerra mundial y durante el transcurso de ésta, en ciudades en las que operaban grandes casinos de fama internacional, tales como Estoril (Portugal), San Sebastián (España), Monte Carlo (Mónaco), Spa (Bélgica), Wiesbaden (Alemania), o Venecia (Italia).  

El receptor entraba en el casino elegido y adquiría una pequeña cantidad de fichas para jugar. Los pagadores – una o varias personas, dependiendo del importe total a entregar – adquirían a su vez fichas, por cantidades sensiblemente superiores pero sin alcanzar un límite que levantara sospechas. Transcurridas varias horas en las que tanto receptor como pagadores se dedicaban a deambular entre las mesas de juego, apostando sus fichas – o simulando hacer dichas apuestas – en un momento dado los pagadores entregaban discretamente sus fichas al receptor y abandonaban el casino. Al receptor no le quedaba entonces más trámite que acercarse a la caja del casino y canjear todas sus “ganancias” por un cheque del propio casino.

De esta forma tan sencilla, el receptor podía demostrar fácilmente el origen de sus ingresos, dándoles una apariencia de legalidad.

Esta estructura, basada en la entrega de “algo” (fichas de casino, un billete de lotería premiado, ...) que el receptor pueda legalmente convertir en dinero, se utiliza muy frecuentemente hoy en día, adaptándose a las posibilidades y costumbres de cada país.

Son innumerables los métodos para el blanqueo de capitales que se pueden encontrar, pero lo más interesante de todo el trabajo de investigación es comprobar cómo la gente agudiza el ingenio cuando tiene un objetivo...

Carlos A. Bacigalupe

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