martes, 9 de agosto de 2011

Fabricando un candidato

FABRICANDO A UN CANDIDATO POLITICO
En periodos electorales, es común encontrar entre los candidatos a alguno que ha participado en un proceso anterior. Es posible, sin embargo, que los electores encuentren que su imagen y su discurso han variado de forma notable.  Si alguien piensa que dicho cambio se debe a una maduración de la persona o a una alteración en sus posiciones políticas, debería reconsiderar seriamente el tema; simplemente, ha contratado a un asesor de imagen.

Los asesores de imagen especializados en gestionar las campañas de los candidatos políticos suelen percibir importantes sumas por su trabajo. Sin embargo, no resulta muy complicado desvelar sus métodos de trabajo. Aunque “cada maestrillo tiene su librillo” y cada asesor sus propias guías de trabajo, les invito a que nos convirtamos por unos minutos en asesores y diseñemos nosotros mismos, como en un inocente juego, a nuestro candidato.    
Para ello, vamos a revisar unos cuantos aspectos:
ASPECTO PERSONAL
Vamos a estudiar la imagen que brinda el candidato, revisando fotografías, apariciones en TV o radio, actos electorales anteriores, discursos, entrevistas, etc. eliminando los aspectos que puedan resultar desfavorables (estilo de gafas, vestuario, lenguaje, tono de voz, vocalización, velocidad en el habla, tics nerviosos, lenguaje gestual, peinado, etc.).
Si se trata de un candidato joven, mediante su atuendo vamos a potenciar una imagen de vigor y entusiasmo (ropa a la moda, pantalón vaquero y ropa sport, reloj deportivo, etc.); si, por el contrario se trata de un candidato mayor, debemos potenciar una imagen de experiencia, seriedad, aplomo y reflexión (trajes grises o azules -jamás de color café o marrones- corbatas rojas y/o azules a rayas, gemelos en los puños de la camisa, zapato negro de cordones, reloj clásico con correa de piel).  Esas imágenes deben reforzarse con aspectos tales como velocidad en el habla (más rápido en caso del joven, pausado en el caso del mayor), tono de voz (más elevado el primero, muy bajo (para obligar a prestar atención) en el segundo, complementos (unas gafas adecuadas dan sensación de intelectualidad y preparación), etc.  

Por supuesto, consideraremos el tipo de votante al cual se pretende captar: si se trata de un país en vías de desarrollo, mayormente con actividad en el sector rural, un candidato siempre vestido con traje y corbata puede ser rechazado al percibírsele como “un señorito rico de la ciudad”, mientras que, en caso contrario, un candidato vestido de manera informal en un país avanzado económicamente, será percibido como un “desarrapado”. 
El estado físico del candidato es también fundamental; una persona joven no debería presentar sobrepeso y sí aparecer practicando deporte, preferiblemente el mayoritario en el país; un candidato mayor debería aparecer en público dando largos paseos, preferiblemente del brazo de su esposa y/o jugando con sus nietos.
Hay que tener en cuenta que el atuendo es la primera presentación que hace una persona, antes de decir nada, y la opinión, favorable o de rechazo, que el receptor se lleve es muy difícil de modificar con posterioridad (la denominada “primera impresión”).
ASPECTOS FAMILIARES
Analizaremos e identificaremos sus puntos débiles (divorcios, hijos fuera matrimonio, episodios anteriores con drogas, problemas de alcoholismo…) y diseñaremos unas estrategias defensivas contra ataques a estos aspectos familiares débiles.  

Por el contrario, vamos a potenciar los puntos favorables al candidato (familia estructurada, hermanos unidos, abuelos, hijos asistiendo al colegio, matrimonio estable y feliz, etc.)

SU PERTENENCIA A UN PARTIDO POLITICO
Si es un partido “tradicional”, según sea la situación actual del partido, hay que elegir entre una línea continuista  o una  línea renovadora, siempre mostrando respeto a las figuras notables (no necesariamente las más recientes) del partido, resaltando valores tales como una estructura preparada y con experiencia de gestión, presencia en las municipalidades, etc.

Si se trata de un partido de “nueva creación”, definiremos los principios que guían al partido; haremos hincapié en el entusiasmo e ilusión de los participantes; mencionaremos los proyectos de largo alcance temporal; derrocharemos optimismo, etc.
Si, por último, es un partido “personalista” creado en torno a la figura del candidato, sería conveniente resaltar la fuerza, calidad, preparación y entusiasmo del “equipo de colaboradores”. 
VAMOS A DISEÑAR NUESTRO MENSAJE
Adaptándolo a cada nivel de votante, el mensaje debe ser CLARO, ENTENDIBLE, CONCRETO y fácilmente REPETIBLE (por los simpatizantes del candidato).
Sólida formación económica: El mensaje debe incluir “grandes cifras” (pocas, pero contundentes y favorables al objetivo fijado, por ej. evolución del desempleo, crecimiento económico, exportaciones, energía) haciendo hincapié en los sectores ocupacionales de la mayor parte de los votantes, que son los que más les interesan.

Asimismo, tenemos que identificar algunos casos concretos (determinada empresa o sector) para apoyar la necesidad de cambio y la conveniencia de que sea nuestro candidato quien, una vez identificado el problema, aporte la solución.

Temas internacionales: Hay que estudiar en profundidad unos cuantos temas, preferiblemente sensibles para el propio país (ej. disputas con países vecinos) memorizando datos, fechas, nombres, tratados, etc. de la trayectoria histórica, para dar la sensación de gran estadista. 

Organizaremos entrevistas con personalidades internacionales y/o políticos afines en los países limítrofes; si tenemos presupuesto (quizás a través de la fundación del partido) se puede invitar a grandes economistas o políticos a dar una conferencia en nuestro país y, casualmente, nuestro candidato estará atendiendo a la conferencia (y haciéndose la foto).

También organizaremos su asistencia (y foto) a foros internacionales, sobre todo de temas económicos, tales como los que anualmente se celebran en Davos (Suiza) o reuniones del FMI, ONU (algo relacionado con alimentación, educación o desarrollo), Banco Mundial, etc. Normalmente, no se requiere nada especial; únicamente pagar la cuota de asistencia y los gastos del viaje.

Es conveniente, en aquellos países de religión católica, que nuestro candidato mantenga alguna entrevista con la jerarquía eclesiástica local.

Si existe experiencia anterior en la gestión pública, y ésta es favorable, sería un buen punto mencionarla en el mensaje y, por si acaso, preparar estrategias defensivas contra algún error en la gestión anterior.

DISEÑEMOS NUESTRA ESTRATEGIA DE TRANSMISION DEL MENSAJE
Actos promocionales: vamos a establecer el calendario de acuerdo con la campaña electoral (los últimos actos, multitudinarios, en la capital). 

Analizaremos el tipo de auditorio en cada acto (definiremos vestuario, actividad, tono del discurso,…). Normalmente, el candidato pretende, en este tipo de actos próximos al público en general, mostrarse como “uno de ellos”, buscando una similitud que permita de conexión personal.

Podemos diseñar una “oferta a medida” para cada tipo de acto y/o auditorio; en ocasiones, auditorios tipo colegio, guardería o universidad permiten una “espontánea salida de programa”, por ejemplo, participar en algún juego que se esté desarrollando, o contestar alguna pregunta de los alumnos. Si, por ejemplo, el auditorio es del ámbito rural, el gesto de arremangarse la camisa transmite el mensaje de que es alguien dispuesto a “meter las manos en la masa”. Pero ojo, para ser efectivos, estos gestos deben parecer siempre espontáneos.

Debates entre candidatos: Previamente, vamos a revisar local donde se va a celebrar (iluminación, colores de los fondos, ubicación de cada candidato, temperatura del local); en base a lo anterior, elegir el atuendo del candidato: color del traje y la corbata, maquillaje para evitar brillos de la luz, ubicación para evitar deslumbramientos y/o reflejos (por ejemplo, en las gafas), modulación del tono de voz mediante prueba del micrófono, etc.

Acordaremos la duración del debate y diseñaremos el discurso de tal forma que las frases más importantes queden distribuidas al principio, antes de cada pausa y al final del debate, dejando para la conclusión el mensaje que pretendemos quede en la mente del telespectador.  

Para ello, necesitaremos trabajar el contenido del mensaje, reiterando frases y conceptos de anteriores mensajes; haremos un ejercicio de “brainstorming” para tratar de anticipar las preguntas o intervenciones de otros candidatos, preparando las respuestas (que siempre deben ser aprovechadas por nuestro candidato para lanzar su mensaje); ensayaremos hasta que las respuestas gestuales a preguntas inesperadas sean automáticas, a fin de evitar que un gesto involuntario permita al adversario conocer que ha tocado un punto sensible.

Entrevistas cara a cara con un periodista en TV: Por supuesto, vamos a negociar previamente la duración de la entrevista, las preguntas que se van a realizar y el espacio en el que se va a celebrar. Trataremos de concretar las pausas que se llevarán a cabo (por motivos publicitarios) y el orden en el que se va a celebrar la entrevista con relación a las que se efectúen a otros candidatos, cuyas intervenciones seguiremos muy atentamente para criticar. Ser el primer candidato entrevistado otorga la ventaja de que, por ser la novedad, consigue mayor atención; ser el último otorga importancia (se suele ir de menos a más en las encuestas) y te permite atacar lo manifestado por anteriores candidatos, sin que tengan la opción a defenderse. 

Vamos a tener en cuenta que, antes de empezar a hablar ya estamos comunicando, puesto que  lo primero que va a percibir el telespectador es la imagen del candidato. Por ello es fundamental, al inicio y final de la entrevista, que el lenguaje de gestos (posición de las manos, sensación de confianza y seguridad en sí mismo, forma de sentarse, etc.) sea el adecuado.

Como en el caso anterior, vamos a programar el contenido de nuestro mensaje de forma que las frases más importantes se mencionen al principio, justo antes de cada pausa, al inicio del regreso de la pausa y justo antes del final de la entrevista.

Si es posible elegir, es preferible que el entrevistador no sea percibido como simpatizante del candidato, sino más bien como alguien crítico con su posicionamiento, aunque nunca alguien con quien existan problemas personales y/o profesionales, o por razones políticas.

Tenemos que ser capaces de diferenciar al candidato que va a participar en un debate (serio, formal, “presidenciable”) del candidato que va a una entrevista cara a cara con un periodista (humano, familiar, comprensible de los problemas, optimista y entusiasta) o del candidato que aparecerá en los noticieros (trabajador incansable, próximo a la gente, cariñoso con niños y ancianos, preocupado por los habitantes de menores recursos).

RELACION CON LA PRENSA
Es primordial designar un jefe de prensa competente, preferiblemente un ex - profesional del medio, que nos va a ayudar a:

Redactar el mensaje de tal forma que sea factible extraer titulares (frases cortas, claras, rotundas, expresando firmeza en las convicciones y determinación, llamativas);  
Programar con tiempo las actividades y facilitar el programa a la prensa; facilitar su asistencia a los actos electorales; identificar a los periodistas críticos y dedicarles una mayor atención y deferencia; 

Diseñar las apariciones de forma que el candidato aparezca siempre sonriente, bien peinado, alegre, optimista, relajado, confiado, en cualquier actividad (que siempre será productiva y enfocada al desarrollo y bienestar de la población, por ej. visitando una escuela rural, o una nueva planta agrícola); si es posible y la campaña no es muy larga, programar apariciones casi diarias, para dar la impresión de que es una persona trabajadora y activa.

El objetivo es siempre el mismo: que se repita su nombre, su eslogan, lo fundamental del mensaje y las siglas del partido, tanto como sea posible para que los votantes identifiquen todo ello con la figura del candidato. A fin de cuentas, el objetivo de una campaña electoral es conseguir que los electores voten y que voten por nuestro candidato…

ANALISIS DE LOS COMPETIDORES
Como en todo combate, una de las primeras cosas que vamos a hacer es identificar y establecer un ranking de los potenciales competidores. Vamos a analizarlos, tanto de forma personal (familia, personalidad, sexo, posición y poder dentro de su partido, edad, experiencia anterior, preparación académica, etc.), como en su papel como integrantes de un partido político adversario (el cual puede sufrir disputas internas, casos de corrupción y/o problemas legales, donde puedan existir facciones dispuestas a una secesión, etc.)

Vamos a escuchar y analizar sus mensajes, identificando puntos débiles / fuertes para definir la estrategia y estudiaremos también su lenguaje gestual, tics, gestos involuntarios, etc. que puedan darnos una pista sobre su estado interior en el momento de mantener un debate. 

Por estrategia, nosotros somos la parte elegante, vamos a evitar entrar en descalificaciones ni juego sucio; por el contrario, ante un ataque, nuestro candidato será caballeroso y educado, mantendrá la compostura y aprovechará la respuesta para dejar presente su mensaje.

ELEMENTOS DE APOYO
En muchas ocasiones, es conveniente que el candidato se identifique con algún objeto, ya sea propio o de su partido, el cual deberá estar siempre presente en sus apariciones. Este objeto puede ser una flor (el clavel rojo del PSOE español), algún objeto o una prenda de vestuario (pañuelos de un determinado color), que permita a sus simpatizantes difundir el mensaje de forma subliminal. 

Con esta “hoja de trabajo”, no me cabe ninguna duda de que todos y cada uno de nosotros seremos capaces, a partir de ahora, de descubrir al “candidato de laboratorio”, ¿verdad?

Carlos A. Bacigalupe  

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